Que nuestra voz se escuche: la palabra de los niños, niñas y adolescentes migrantes en el Perú
Aguilar, Richar (coord.) La violencia contra niños, niñas y adolescentes en colectivos vulnerables, pp. 295-301. Barcelona: Huygens Editorial
De acuerdo con Sutcliffe (1998), la migración es un fenómeno que responde a la naturaleza nómada de los humanos. Históricamente, la búsqueda constante de recursos y herramientas para la subsistencia obligó a los hombres y mujeres a recorrer enormes extensiones de tierra.
Entre las principales causas que promueven la migración, tanto a nivel internacional como a nivel interno, el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (2012) señala:
• La búsqueda de una vida mejor para uno mismo y su familia.
• Las disparidades de ingreso entre distintas regiones y dentro de una misma región.
• Las políticas laborales y migratorias.
• Los conflictos políticos.
• La degradación del medio ambiente.
• La demanda de fuerza laboral de los países industrializados.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el flujo de venezolanos dentro de Latinoamérica se incrementó en un 900% entre 2015 y 2017, alcanzando casi el millón de personas, lo que convierte al 2017 en un punto de quiebre significativo cuya trayectoria, dada las condiciones sociales y económicas en Venezuela, no parece cambiar a corto plazo. Sin embargo, al hablar de migrantes en el Perú, además de los provenientes de Venezuela, hay diversas nacionalidades y es que, tomando los datos de la OIM, en la actualidad aproximadamente 192 millones de personas viven fuera de su país de origen. Esto representa casi un 3% de la población mundial.
Hasta la actualidad, en el Perú son pocos los estudios que se han desarrollado con el fin de conocer la situación de los migrantes, ya que los existentes, por lo general, se basan en los índices de migrantes según el país de procedencia, tasas de matrículas en la Educación Básica Regular peruana, e incluso se cuentan con estadísticas específicas por edad, género, país de procedencia, entre otros. Sin embargo, no se conocen aún datos relacionados con las opiniones de niños, niñas y adolescentes migrantes en el Perú, dadas sus condiciones de vida en nuestro país.
Entendiendo lo que supone a corta edad el traslado, implica no solo un cambio en términos geográficos, sino también a nivel cultural, económico y social, lo cual incide de manera determinante en la condición emocional de los migrantes. Por tanto, resulta imprescindible tener en cuenta que la migración genera en los niños, niñas y adolescentes un difícil proceso al cual adaptarse, en muchos casos de manera brusca, lo cual repercute en sus relaciones interpersonales y en sus formas de aprendizaje. El propósito de este estudio, por lo tanto, es con la finalidad de promover mejores condiciones de atención a los migrantes en el Perú.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) refiere «(…) que el derecho de protección a la familia, reconocido en el artículo 17 de la Convención Americana conlleva, entre otras obligaciones, a favorecer de la manera más amplia el desarrollo y la fortaleza del núcleo familiar» (2012: 36).
Conforme refiere la CIDH, respecto al principio de unidad familiar en el ámbito migratorio, esta tiene como finalidad orientar la actuación del Estado sobre el procedimiento migratorio sancionador:
«(…) en atención a su situación migratoria y sus condiciones, el Estado tenía el deber de velar por su interés superior, lo cual requería que las autoridades migratorias estatales fueran especialmente diligentes en agotar todos los medios de información disponibles para determinar su situación migratoria y, en su caso, adoptar la mejor decisión en cuanto al Estado al que procedía enviarlos en caso de expulsión» (2013: 74).
De acuerdo con los índices presentados por la Cámara de Comercio de Lima (2018) señala que, en el Perú, hay una ola migrante no solo de venezolanos sino también de colombianos y que el número de extranjeros en el país es bastante alto. Por tanto, debemos reflexionar sobre la política migratoria.
En general, el Perú ha sido caracterizado por ser un país de emigración y recientemente han aparecido flujos más importantes de población extranjera que ha empezado a transitar y residir en el país. De acuerdo con el último informe del INEI y OIM, se registraron 103.854 extranjeros residentes en el Perú en 2016 (Cámara de Comercio de Lima, 2018, pág. 3).
Señala Unicef (2012) que, siendo la educación un derecho universalmente reconocido de un invalorable potencial humano y social, es esencial para combatir los ciclos generacionales de pobreza y discriminación, debido a que empodera a las personas económica y socialmente marginadas. Asimismo, se destaca que la escuela puede ser uno de los grandes
motores de la integración social.
En este sentido, es preciso mencionar que dada la función que la escuela tiene desde el punto de vista formativo, es un espacio que brinda a los niños y las niñas las herramientas necesarias para desenvolverse en la vida; por tanto, es un espacio donde se prepara al ser humano para la vida. En tal sentido, se presenta un reto para la educación, dado el incremento de los flujos migratorios y sus respectivas consecuencias; por tales razones, es muy importante el rol de las maestras y los maestros en la atención y el tratamiento a las incidencias que trae consigo la migración.